"El Casino del Americano (1869) se descarta como sede de la Universidad Popular porque el ayuntamiento, que gastó 3,5 millones en adquirirlo, no tiene dinero para rehabilitarlo"
Así empezaba el artículo de Hortensia García en el Levante EMV del 24 de Junio de 2012, hace 3 años.
Ni que decir tiene que es cierto que no había dinero para su rehabilitación, la crisis estaba empezando a hacer mella, pero el palacete era propiedad municipal desde el 2009 y desde entonces, lejos de rehabilitarlo o hacerle un mínimo mantenimiento, ha ido degradándose por el abandono de estos años; su jardín, magnífico jardín con ejemplares más que centenarios se ha convertido en una pradera de malas hierbas, sus altas palmeras han sido atacadas por el picudo rojo y lucen como largos muñones, la desidia, la incultura, el abandono, han vuelto hacer presa en un patrimonio que por ser de todos parece que no es de nadie.
En 2009 en las Jornadas de Arquitectura Rural Valenciana celebradas en Paterna, Ana Mª Reíg presentó una comunicación con el título "El Casino de l’Americà: una vila indiana en el paisatge valencià" con el fin de dar a conocer la quinta y reclamar su protección, sin haber obtenido un resultado positivo ante la generalizada sordera institucional que hemos padecido durante el último cuarto de siglo, como a la vista está.
Entidades como Cercle Obert de Benicalap, Circulo por la Defensa y Divulgación del Patrimonio Cultural y activistas como Antonio Marín, y la escritora e investigadora Ana Mª Reig han hecho un gran trabajo de divulgación y de defensa del Casino del Americano sin que hasta ahora, desgraciadamente hayan sido coronados por el éxito sus esfuerzos.
El Casino del Americano, cuyo verdadero nombre es "Quinta de Nuestra Señora de las Mercedes", en honor de Dª Mercedes González-Larrinaga y Cruz, rica habanera de origen español, casada con D. Joaquín Megía y Ortega, militar destinado en la isla de Cuba que al retirarse en 1865 volvió a España con su familia, instalándose en Valencia.
Joaquín hizo construir la quinta sobre una parcela que adquirió en 1868 de 3 hectáreas en Benicalap, encargando el proyecto al maestro de obras D. Manuel Piñon y Canelles, quiso el propietario que la casa contará con todo tipo de lujos para que su esposa no hechara de menos la vida en la Habana, cumpliendo a la perfección el encargo.
El huerto fue la admiración en Valencia, pues si bien la burguesía se hacía construir quintas en las inmediaciones, Burjassot, Paterna, Godella... ninguna se había hecho con tanto lujo.
A día de hoy, según noticia aparecida en el Levante EMV, el Síndic de Greuges de la Comunitat Valenciana, José Cholbi, ha instado al Ayuntamiento de Valencia a solicitar a la Conselleria de Educación que inicie el procedimiento correspondiente para declarar Bien de Interés Cultural (BIC), paso que durante todos estos años no se había realizado. Esperemos el éxito de estas gestiones y la pronta rehabilitación y puesta en valor de la Quinta de Nuestra Señora de la Mercedes.
Hace 6 años las palmeras lucían así de altivas y orgullosas, ojalá podamos volver a contemplar el esplendor, ahora apagado de esta magnífica Villa Indiana.
De no indicar lo contrario, todas las fotos han sido realizadas por el autor del Blog.
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