Ultimamente estamos viendo como el paisaje urbano está cambiando hacia una modernidad, en muchos casos garrula, que obvia imágenes con las que hemos convivido durante toda nuestra vida y que venían formando parte de la memoria colectiva y transgeneracional, me refiero en concreto a la multitud de comercios, cuya pervivencia parecía atemporal y que mor a la crisis económica, a la ruptura ocupacional de sagas, la aplicación de la ley de arrendamientos, los cambios comerciales, el desinterés de unos gobernantes más interesados en la inauguración que en la conservación, aunque esto suponga graves perdidas patrimoniales e identitarias, en fin, os invito a un triste paseo por los hitos comerciales perdidos y os desafío a una reflexión de lo que todavía podemos perder y deberíamos conservar.
Algunos comercios no han desaparecido, pero se han visto obligados al cambio de ubicación, como dice el dicho a costa de dejarse mucho pelo en la gatera, otros han hecho cambios guiados por esa modernidad que desprecia lo antiguo por antiguo y no por su calidad, en fin.
Epílogo
Algunos de estos comercios aquí mostrados, han cerrado para siempre, otros se encuentran en ubicación diferente.
De los elementos decorativos, banderolas, escaparates, rótulos, mobiliario, la mayoría han acabado en el contenedor de escombros, de otros se ha hecho cargo el museo de etnografía de la Diputación Provincial de Valencia, otros permanecen "in situ" a la espera de que un nuevo ocupante los mantenga o sean desechados, muy pocos permanecen en su sitio original a pesar del cambio comercial, gracias a la sensibilidad del nuevo ocupante, todos carecen de una protección adecuada y eficaz.
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Algunos comercios no han desaparecido, pero se han visto obligados al cambio de ubicación, como dice el dicho a costa de dejarse mucho pelo en la gatera, otros han hecho cambios guiados por esa modernidad que desprecia lo antiguo por antiguo y no por su calidad, en fin.
Epílogo
Algunos de estos comercios aquí mostrados, han cerrado para siempre, otros se encuentran en ubicación diferente.
De los elementos decorativos, banderolas, escaparates, rótulos, mobiliario, la mayoría han acabado en el contenedor de escombros, de otros se ha hecho cargo el museo de etnografía de la Diputación Provincial de Valencia, otros permanecen "in situ" a la espera de que un nuevo ocupante los mantenga o sean desechados, muy pocos permanecen en su sitio original a pesar del cambio comercial, gracias a la sensibilidad del nuevo ocupante, todos carecen de una protección adecuada y eficaz.
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